LITERATURA Y VIDA
Mis lecturas
THOMAS BERNHARD.- La Calera
Por Abel Hurtado
He leído LA CALERA de Thomas Bernhard.
Para mí, Thomas Bernhard y Peter Handke son autores a los
que retorno. Sus obras son difíciles,
duras, intensas, y por lo mismo, requieren, por lo menos de mí, distancia en el
tiempo para leerlas. Ambos pertenecen a lo que se llamó La nueva subjetividad,
en Alemania, a fines del siglo pasado.
LA CALERA,
es una novela de 220 páginas, que es una sola frase., sin puntos y aparte.
Bernhard odia y rechaza los puntos y aparte, abomina de ellos. El estilo
literario de Thomas Bernhard es siempre en tercera persona, a través de
narradores testigos, que son segundas o terceras personas del drama
desarrollado, lo que hace percibir al personaje central como un ser de
laboratorio, desdramatizándolo, observando a la distancia – aparente, porque
mucho de ellos forma parte esencial de los seres humanos- sus obsesiones y
limitaciones.
Al leerlo,
recuerdo las sesiones Gestalt, donde todos vemos en la silla caliente a un ser
humano que vive intensamente su drama personal y en la distancia aparente,
aparente porque en la realidad vivimos y nos sentimos enlazados y reflejados en
sus fobias, y filias.
En varias ocasiones me llamó la
atención ver que nuestras fobias son consideradas trastornos de salud emocional
caracterizados por un miedo intenso y desproporcionado ante objetos o
situaciones concretas, como el que percibo en muchos de nosotros, los filiales
del face book ante el contacto real diferente al enlace digital, mientras que
las filias se ven con ojos de amistad por ser atracciones a determinadas
realidades o situaciones.
Thomas Bernhard en la foto
Bernhard,
parte de cero suspenso en sus novelas. LA CALERA empieza a partir del
asesinato de su esposa por Konrad.
“ … en Lanner se dice
que Konrad mató a su mujer de dos tiros, en Stiegler que de un solo tiro, en
Gmachl que de tres y en Laska que de varios tiros. Lo que es evidente es que
hasta ahora, salvo los peritos judiciales, como cabe suponer, nadie sabe de
cuántos tiros mató Konrad a su mujer…”
Las novelas
de Tomas Bernhard son siempre una reflexión sobre el hombre contemporáneo. En
LA CALERA, habla de la mentira en la sociedad, con sus frases reiterativas,
encadenadas, con obsesión posesiva y minuciosa:
“ Por lo
que se refería a su país, a esta patria suya, no se podía decir jamás la
verdad, si se quería existir e, incluso, continuar un solo día, a nadie y sobre
nada, porque solo la mentira hacía
avanzar las cosas en este país, la mentira con todos sus disimulos y arabescos
y simulaciones y apocamientos. La mentira lo era todo en este país, la verdad
sólo digna de acusaciones, condenas y burlas, Por eso no callaba que todo su
pueblo había buscado refugio en la mentira. Quien decía la verdad se hacía
culpable y ridículo, la masa o los tribunales decidían si era culpable o
ridículo, o culpable y ridículo, si no se podía declarar culpable al que decía
la verdad, se le ponía en ridículo, si no se le podía poner en ridículo, se le
declaraba culpable, en este país se hacía culpable o ridículo al que decía la
verdad.”
Me he
propuesto leer su quinteto autobiográfico: El origen, El sótano, El aliento,
El frío , Un niño, pero
sé muy bien que requiero el tiempo y la distancia para asimilar la intensidad
de estos libros.
Al terminar LA CALERA, la
descripción de un hombre, Konrad, encerrado 5 años con su esposa paralítica en
LA CALERA, cierro el libro, me quito los lentes, veo la luz del amanecer y
decido ir a mi bosque, a 10 minutos de mi casa, a respirar, correr, sentir la
vida y la intensidad de este cielo
primaveral de marzo. Uff!
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tus comentarios son bienvenidos y necesarios