viernes, 24 de febrero de 2012

Mis lecturas.- Marco Polo.- Viajes




MARCO POLO.- Viajes- con anotaciones de Cristóbal Colón
Por Abel Hurtado

Cuando realizas tu viaje en Góndola a través de los canales de Venecia, siempre te llevará el gondolero a ver la casa de Marco Polo. Podrás admirar cómo sobrevive después de transcurridos 6 siglos. Debajo del palacio de Marco Polo, escuchas el ruido de las pequeñas olas del canal cuando golpean con suavidad en las piedras de los escalones de la entrada. Tu silencio es la manifestación impactante de tus pensamientos más profundos. ¡Marco Polo!


En la imagen, la casa de Marco Polo en Venecia

En 1485 se publica esta maravilla de libro de memorias en Amberes, y uno de los primeros ejemplares es adquirido, devorado y anotado minuciosamente por Cristóbal Colón. Basta ver 10 anotaciones para entender lo que buscaba el almirante visionario: ¡ Este libro de Marco Polo era su guía de viaje!
“ojo”, ”gran penuria de agua”, “abundancia de víveres” ,”llora la mujer al marido 4 años todos los días”, ”sobre un vergel donde había muchos deleites”, ”especias, perlas, piedras preciosas, paños de oro, marfil”,” son hechiceros” ,”califa avarísimo” ,” ¡¡¡ciudades principales”, ”magos”.
Marco Polo narra tantas cosas maravillosas para el siglo XV, que fray Francisco de Pepuris de Bolonia, quien traduce del vulgar al latín el libro, se ve obligado a justificarse: “ para que muchas cosas nunca oídas e insólitas para nosotros, que se cuentan en este libro en multitud de pasajes, no parezcan increíbles a un lector poco avisado, han de saber cuantos lo leyeren que micer Marco, el que las relata es un hombre discreto, fiel y devoto y adornado de honestas costumbres y que goza de buen crédito ante todos sus amigos, de modo que su relación, por el refrendo de tantas virtudes, es digna de fe.”



En la imagen, Marco Polo

No he podido evitar la tentación de copiarles el milagro de la columna que narra Marco Polo en el capítulo trigésimo noveno de sus viajes:

“De la ciudad de Samarcham y del milagro de la columna acaecido en la iglesia de San Juan Bautista.

Samarcham es ciudad famosa y grande en aquella región, que es tributaria de un sobrino del gran Kan. Habitan en ella juntamente los cristianos y los que adoran a Mahoma, que se denominan sarracenos. En esta ciudad ha acontecido en nuestro tiempo por el poder de Cristo un milagro. Un hermano del gran Kan, llamado Cogatay, que gobernaba en ella, convertido y adoctrinado por los cristianos, recibió el bautismo. Entonces los cristianos, contando con el favor del príncipe, edificaron una gran basílica de la ciudad de Samarcham en honor de San Juan Bautista, que fue construida y fabricada por los arquitectos con el artificio de que toda la bóveda de la basílica se erguía y se sustentaba sobre una columna de mármol, que se hallaba en el centro. Cuando se hacía la obra, quitaron una piedra a los sarracenos (¡La piedra sagrada de Mahoma!- AHJ), con la que calzaron la base de la columna susodicha. Los sarracenos, que detestaban a los cristianos, se dolieron del hurto de la piedra, pero por temor al príncipe Cogatay no se atrevieron a contradecirle. Acaeció que murió el príncipe, a quien sucedió su hijo en el trono, pero no en la fe. Los sarracenos consiguieron de él que los cristianos se viesen obligados a devolverles su piedra. Al ofrecerles los cristianos a los sarracenos una gran suma de dinero por ella, éstos se negaron con el propósito de que, al quitar la piedra, se derrumbase la iglesia privada de columna. Como los cristianos no encontraron ningún remedio al apuro, comenzaron a invocar a San Juan Bautista con súplicas llorosas. Así pues, al llegar el día en que se había de retirar la piedra de debajo de la columna, esperaban los sarracenos que por la inmediata ruina de toda la bóveda, se desplomara la basílica; pero por la voluntad divina se separó la columna de su base hasta sustentarse en el aire por espacio de tres palmos; y así perdura hasta hoy sin apoyo de ningún sostén humano.”





Este milagro, me recuerda los arcos que colocaban los frailes en el siglo XVI en México, para sostener los muros, por miedo a que se cayeran – cosa que les pasaba frecuentemente-. Los arquitectos demuestran que estos arcos impresionantes, no sirven de nada, no cargan a los muros y se pueden quitar sin problemas, como la piedra de la columna de San Juan Bautista.
Este arco se encuentra “sosteniendo” el muro de la iglesia del siglo XVI de los franciscanos en Xochimilco México DF


En la imagen, iglesia de Xochimilco con arco falso.

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